sábado, 8 de mayo de 2010
LOS ERRORES DE FERNANDO LUGO EN ITAIPÚ
Los errores de Lugo en Itaipú
Ing. Ramón Montanía (*)
El fracaso de las negociaciones con el Brasil sobre Itaipú no es ninguna sorpresa para muchos de nosotros. Las desacertadas decisiones tomadas por el presidente Lugo desde el comienzo de su gobierno, presagiaba un resultado poco feliz para el sector eléctrico nacional.
La primera desilusión y desconcierto de la gente. “La defensa de la soberanía hidroeléctrica” fue el “caballito de batalla” de Fernando Lugo, y detrás de esta promesa congregó a un calificado grupo de profesionales y gremialistas de las empresas del sector, que le ayudó a difundir su campaña y también a ganar el respaldo popular de la gente; sin embargo, una vez en el poder, optó por Carlos Mateo Balmelli como director general paraguayo de la entidad binacional paraguayo / brasileña, por Sixto Amarilla como presidente de la ANDE y relegó e incluso marginó a sus compañeros de lucha. La insólita opción de Fernando Lugo, algo absolutamente predecible, hizo estallar una poderosa bomba de decepción y desconcierto en las filas del grupo que lo ayudó a sostener la bandera de los reclamos paraguayos en Itaipú antes y durante su campaña por el sillón presidencial.
Otro error de Lugo. Si el primer estallido de decepción puede imputarse a un posible error, a la inexperiencia de políticos bisoños, una recaída con características parecidas despierta suspicacias. Me refiero a nombramiento de Fulgencio Rodríguez, ex presidente de la ANDE, y uno de los responsables de la aceptación de la deuda espuria e ilegal de más de US$ 4.200 millones, que fue pagada íntegramente por Itaipú, como miembro y representante de los intereses nacionales en el Consejo de Administración de la entidad binacional. Recordemos que la revisión de esta deuda era uno de los seis puntos reclamados al Brasil por el nuevo gobierno.
Los desaciertos seguían. Si incurrir un par de veces en el error despierta sospechas, la comisión de un tercero, lisa y llanamente, alarma. En efecto, cuando integró la Comisión Negociadora, que nunca tuvo una buena relación con Carlos Mateo Balmelli - eran como “agua y aceite”., la descoordinación en el equipo negociador era percibido hasta para nuestra contraparte. La relación adquirió ribetes incluso conflictivos, un grupo de la Comisión inclusive le endilgó a Mateo Balmelli el calificativo de “saboteador”, porque en algún momento les negó informaciones sobre la binacional. La inexplicable desavenencia quedó en evidencia el 25 de julio, día en que se firmó de la Declaración Presidencial del 25 de julio, porque Mateo Balmelli, siendo director de Itaipú, ni siquiera sabía los puntos acordados por los presidentes Lugo y Lula.
Los reclamos paraguayos fueron rechazados. Volvemos empero a los días previos, después de muchas discusiones se logró consensuar el pliego de seis puntos presentados al gobierno brasileño poco antes de Lugo asumiera la Presidencia de la República. Eran reclamos legítimos, reivindicaciones históricas de nuestro pueblo, expresadas a través de su prensa independiente, políticos, técnicos y sindicalistas independientes. Lamentablemente, por una suma de factores, no solo la actitud imperialista de los brasileños, sino también los errores locales que señalamos en los párrafos anteriores esos reclamos no fueron aceptados por el gobierno de Lula.
La esperanza de todo un pueblo se dejo de lado a cambio de promesas. Como una necesaria conclusión, hoy seguimos preguntado y lamentando por qué el presidente Lugo aceptó, en actitud que podría calificarse como “conformista” el nuevo rechazo brasileño a los históricos reclamos paraguayos en Itaipú y que hasta haya pretendido ofrecer a sus electores, al pueblo paraguayo, como un triunfo las renovadas migajas contraofertadas por nuestra contraparte brasileña; las que, para colmo de males, siguen atrapadas en la insulsa categoría de las promesas.
Las promesas. El aumento de la compensación por la energía paraguaya cedida al Brasil, que no sabemos cuando podrá concretarse, y la supuesta construcción de una línea de transmisión de 500 kV, que nunca formó parte de los reclamos paraguayos. Cabe recordar en esta conclusión lo que con acierto señalaba el Dr. Gustavo de Gasperi en un reciente debate propiciado y organizado por nuestra revista, el presidente Lugo, con el acuerdo del 25 de julio, “dejó los derechos del Paraguay en una canasta de basura”. Lula e Itamaraty, se aprovecharon si dudas de la ingenuidad y de la falta de firmeza del presidente Lugo, actitud que le granjeó, y sobre eso tampoco quedan dudas, la desconfianza de todo un pueblo.
(*) Ingeniero electricista, director de la revista especializada Mundo de la Electricidad
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